martes, 30 de agosto de 2011

La arrogancia del pensamiento izquierdista

Gracias a mis compañeros del THOA (Taller de Historia Oral Andina) me enteré de la conferencia esta noche de Boaventura de Sousa Santos, al que he logrado asistir.

He notado algunos aspectos positivos. Primero, me dejó una buena impresión su actitud crítica pero solidaria, o en otras palabras su actitud de izquierda responsable. Me refiero a la postura de insistir que los bolivianos no nos estamos (se están) dando cuenta de lo novedoso y valorable del presente proceso de cambio, y tratar de impulsar para que pensemos más creativamente.

Segundo, su manejo del concepto de la dualidad (de poderes y saberes) y la plurinacionalidad, dos conceptos claves en el pensamiento social boliviano, trató de ser analítico y esclarecedor de la realidad. Eso valoro, por no ser meramente celebratorio de la diversidad, sino más bien de tratar de utilizar estos conceptos para comenzar a indagar la realidad en la que vivimos.

Sin embargo, mencionaré también un aspecto que no me gustó. La izquierda, boliviana e internacional, suele tener la tendencia de suponer que es solamente una cuestión de incorporar los elementos indígenas/originarios a su modo de pensar, y suele ser bastante optimísitico sobre esta posibilidad. Boaventura no fue la excepción, como se pudo notar en varios momentos de su ponencia. Pero en el contexto boliviano, la izquierda y los corrientes indianistas nunca han tenido una historia tan sencilla, y en varios momentos hubo cuestionamientos por parte de los indianistas a la izquierda marxista. Esta desconfianza de los indianistas hacia la izquierda, y el optimismo arrogante de la izquierda hacia los indianistas, es un aspecto que también caracteriza al pensamiento del actual vicepresidente Álvaro García Linera (comparar su versión con las versiones de Felipe Quispe y su hijo Ayar Quispe). Mucha gente de izquierda trata de ignorar este aspecto en su pensamiento, y creo que Boaventura no fue la excepción. Se tiende a suponer, más bien, una solidaridad simbiótica ahí.

Una relectura de todo el pensamiento de la izquierda boliviana, pero tomando en cuenta plenamente estos aspectos de desconfianza y cuestionamientos, sigue siendo una tarea pendiente, que iría en conjunto con el repensamiento del concepto de mestizaje pero desde el punto de vista descolonizador, propuesto por mi profesora Silvia Rivera Cusicanqui.

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